He estado un poco desparecida, pero en la medida de lo posible he decidido retomar el blog e intentar escribir un post por semana, ummm veremos a ver...
Últimamente tengo la sensación de que se está apoderando de
todo el mundo el odio.
Hay un odio generalizado o es que ahora puedes ver con más
facilidad la opinión de todo el mundo gracias a las nuevas tecnologías, pero a
veces es desolador.
Quiero pensar que existe gente buena y que las nuevas
tecnologías como Internet, las redes sociales etc, sirven también para cosas
buenas como por ejemplo tener información de todo lo que necesitemos más
fácilmente que nunca, para poder investigar, poder establecer vínculos sociales
con amigos y conocidos de todas las partes del mundo y para muchísimas otras
cosas más.
Pero el problema es que hoy en día todo el mundo dispone de
una ventana donde exponer toda la mierda que tiene en la cabeza y dar su
opinión.
Vaya por delante que la libertad de expresión es algo
importantísimo y un derecho de todos, pero en serio, todo el mundo tiene que
dar la opinión de todo, no es necesario y menos si no tienes información
contrastada y de todas las partes de el tema del que estas opinando, parece que
estamos casi obligados a dar nuestra opinión sobre todas las cosas.
Por no hablar de los haters que son personas que se dedican
única y exclusivamente a insultar y odiar a otras personas o personajes o
cosas, el pensar que hay gente que se levanta de su cama y utiliza el anonimato
de estar detrás de una pantalla y no dar la cara para odiar a otras personas y
no dedica el tiempo a otras cosas más importantes como disfrutar de la vida
hace que se me pongan los pelos de punta.
He llegado a la conclusión de que seguramente haya alguien
detrás moviendo los hilos a quién le interese que la sociedad esté enfrentada y
se esté alimentando de este odio.
Nos indignamos, quejamos y opinamos de todo, pero a la hora
de manifestar nuestro descontento como por ejemplo en las manifestaciones de la
mujer del 8M o las manifestaciones por unas pensiones dignas, tienen muchísima
afluencia, pero para mí no la suficiente, estamos perdiendo un poco la
humanidad y no nos damos cuenta de que aunque ahora mismo nuestra situación pueda
ser cómoda y fácil puede que en un futuro cambie y también tenemos que darnos
cuenta de que hay muchas otras personas que lo están pasando mal, hay que ser
solidarios.
Criticamos todos los comportamientos de los demás en
general, pero me gustaría que nos parasemos por un momento a auto evaluarnos a
nosotros mismos.
No miramos lo que tenemos en común con los demás, ni nos
ponemos en su lugar, no nos paramos a pensar porque otras personas han llegado
a ser como son o actúan de esta u otra manera, es más fácil criticar y mucho
más todavía oír lo que la masa está defendiendo o lo políticamente correcto y
ponernos a defender lo mismo sin ni siquiera haber dedicado un mínimo tiempo a
investigar al respecto y después sacar nuestras propias conclusiones.
Las cosas no son blancas o negras, hay una escala de grises
a la que últimamente me da la sensación de que la gente no quiere ver.
La vida no nos debe nada, no podemos odiar por odiar, hay
gente que tiene muchísimos motivos para odiar como por ejemplo el caso actual
de el niño Gabriel, una madre diciendo que no odiemos, dando un ejemplo a todo
el país y gente que se cree que tiene más derecho que esa madre a odiar.
El odio adopta muchísimas formas. El escritor Andrew
Sullivan lo resumió con precisión: “Existe el odio que siente temor y el que
simplemente siente desdén; el odio que manifiesta quien tiene poder y el que
surge de la impotencia; existe la venganza, así como el odio que brota de la
envidia. [...] Existe el odio del opresor y el de la víctima. El odio que está
a punto de explotar y el que se desvanece gradualmente. El odio que estalla y
el que nunca se inflama”.
¿Qué has ganado desafiando al juego del odio? En el juego
del odio nadie gana nada. Una vez apuestas por jugar, lo único que puedes
obtener son pérdidas cada vez más dolorosas.
Con esto no quiero dar un mensaje en plan Mr. Wonderful ni nada de eso porque yo soy la primera que a veces está mal y me gusta regodearme en mi propia mierda, pero de ahí a pasar a otra fase como últimamente estoy observando hay un mundo.
Un besazo y hasta la semana que viene.
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