Hola chic@s por fin he roto la rutina y he salido de mi pueblo,
bieeeeen!
Este domingo 11 de junio he viajado a Alcalá del Júcar con
mis padres y mis vecinos en una excursión que ha organizado la Asociación de mi
barrio de la que formo parte, aunque también se apuntaron personas que no eran
de mi barrio, en total íbamos unos 50.
Alcalá del Júcar se encuentra situado al noreste de la
provincia de Albacete, englobado dentro de la comarca de La Manchuela, a una
distancia de 50km de Albacete y a 217,7km de mi pueblo, el viaje fue en autobús.
Es un pueblo muy pintoresco por su situación y el excepcional
paisaje que forma la hoz del Jucar, al llegar no me podía creer que teníamos que
bajar con el autobús por todas esas cuestas con curvas, pero así lo hicimos y
debido a que había una carrera ciclista tuvimos que parar en un apartadero en
mitad del descenso y bajamos todos los del autobús a animar a los ciclistas que
menudo valor tienen subiendo esas cuestas.
Una vez llegamos a nuestro destino bajamos del autobús y
pasamos por el puente de madera y después de dirigirnos a la oficina de turismo
subimos por el puente romano hacia las cuevas.
Sus casas excavadas en la montaña, se adaptan al terreno en
calles estrechas y empinadas, trepando hacia el Castillo y que íbamos viendo a
medida que subíamos, primero pasamos a la Iglesia de San Andrés y después a la Cueva
de Masagó y gruta del Duende, tuvimos que subir muchísimas escaleras de piedra cosa
que a mi madre no le hizo mucha gracia porque no tiene las piernas para tanto
esfuerzo pero al final las subió es una cueva excavada en la piedra que
atraviesa de un extremo a otro la montaña en la que cuanto más te adentras hace
más fresquito pero hay mayor humedad, por el precio de 3€ al final de las escaleras
había una especie de bar y teníamos derecho a una consumición y bien que
agradecimos una cervecita fresquita y las vistas del río desde arriba a través de
unas ventanas eran maravillosas.
El origen de esta Cueva de Masagó es Almohade y dentro hay salas
como la bodega o Jaraíz, en las que había objetos de prensa de oliva y
tratamiento de la uva antiguos que todos conocimos ya que la mayoría de las
personas que íbamos teníamos una estrecha relación con el campo y sus labores,
también dentro estaban el Museo de Fósiles que es una de las mayores
colecciones de fósiles de toda España con más de 600 piezas, algunas con más de
400 millones de años y también vimos el Museo de Numismática con reliquias que
iban desde la época de Felipe IV hasta la nuestra.
Después nos dirigimos a la Cueva del Diablo que recibe su
nombre por el mote que tiene su dueño Juan José Martínez, un señor con un
bigote muy pintoresco y todo un personaje en sí mismo del cuál había fotografías
por toda la cueva de él con diferentes famosos.
Esta cueva estaba excavada en el mismo corazón del peñón donde
se asienta el pueblo, atravesada con un largo túnel de lado a lado, su
propietario inició un proceso de ampliación y restauración de pasillos,
corredores y estancias, en su interior se alojan un bar en el cuál también nos
tomamos una cervecita fresquita por el precio de 3€ entrada más consumición, un
restaurante y una discoteca un poco tétrica porque había 2 cunas antiguas, una
grande y una pequeña que no daban muy buen rollo, para mí esta cueva estaba
demasiado atestada de cosas antiguas, pero es mi opinión porque yo soy de poner
pocos adornos en las estancias porque me agobian, pero sus asombrosas vistas
del río y el valle, sus construcciones hechas en roca, sus largos pasillos y su
temperatura constante me gustaron muchísimo.
Desde las cuevas del Diablo accedimos a la cueva del rey
Garaden ya que están comunicadas entre sí, recibe este nombre debido a un rey
musulmán que estuvo en la zona y dominaba el castillo, la aduana y la antigua
posada mora, que se encontraba allí ubicada, con alrededor de 750 años de
historia y un gran mirador al que accedimos después de subir más de 100
escaleras de chapa, la función de esta cueva, era bélica, una especie de aduana
o puesto vigilia para que toda la gente que venía de Castilla La Mancha e iba
rumbo a levante, pagara el tributo, es un túnel de unos 170 metros y era para
puestos de centinelas.
Mi madre se quedó con mi vecina en el bar y l@s más
valientes subimos todas las escaleras para disfrutar de las vistas.
A continuación nos
dirigimos rumbo al castillo, he de decir que no recomiendo hacer una excursión
en pleno junio y más este mes de junio que parece que han abierto las puertas
del infierno con tanto calor, las cuestas del pueblo más las cuestas que hay
para subir hasta arriba del castillo al cuál accedimos por 2€ hicieron que me
quemara toda la zona de la espalda por detrás, la cara y el cuello por delante
no porque me puse protección de 50 ya que soy muy blanquita, pero esa zona se
me olvidó y paso lo que tenía que pasar, mi madre en compañía de mi vecino se
quedaron abajo sentados y nosotr@s subimos, a ver el castillo es bonito, pero
no tiene nada por dentro pero por lo menos me sirvió para poner a pueba mi
estado físico y saber que puedo dar de mí mucho más de lo que pienso, además de
recordarme a mí misma que debería de hacer más deporte para estar en mucha mejor forma.
La plaza de toros que tiene una forma muy peculiar no la
visitamos puesto que solo la abren media hora los domingos al día y no nos dio tiempo,
aunque a mí las plazas de toros no me interesan especialmente.
Después comimos en un restaurante cerca del río y nos
refrescamos en otro bar, desde aquí os recomiendo que en España hay muchísimos
rincones con encanto y que si vais con vuestra familia y conocidos pasareis un
agradable día
Un besazoooooo!!!
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